Todo un orgullo seguir aparecendo na prensa xente
amiga, xente nova, veciños... que neste 1º de maio e todos os días do ano fan
do traballo na contorna a principal ferramenta para construírmos un mundo
mellor.
El ave rapaz no pudo superar el daño que
le produjo la herida en una de sus alas, aunque varias fueron las personas que
trataron de salvarla, entre ellas, dos jóvenes de Lodoselo, en Sarreaus
Esta historia no tiene un final feliz.
Sí tiene una parte positiva, y es que cada vez son menos las personas que no
detienen su coche al cruzarse con un animal o ave malherida en una carretera o
en la vía pública para tratar de auxiliarle.
Prueba de esto último es el caso de
Manuel González, vecino de Lodoselo -Sarreaus-, que no dudó en detener su
vehículo para asistir a un imponente búho real -poco común en el entorno-
herido de gravedad. "Volvía a casa en mi vehículo cuando me percaté de que
estaba en la carretera. Trató de escapar pero no pudo porque tenía un ala rota",
recuerda el vecino de Lodoselo. "Se dejó coger bien, pero estaba un
poco asustado. Si se ve algo así pues, hombre, siempre intenta uno
ayudar", añade.
Manuel cargó con el ave, de grandes
dimensiones -cada una de sus alas tenía una longitud de un metro- y la llevó a
un joven cetrero del pueblo: Brais Mellado, de 15 años. "Yo no
sabía que hacer. Me acordé de un vecino mío que le gusta mucho este tema de la
cetrería y se lo llevé", recuerda Manuel, quien se sorprendió
mucho de la presencia de este ave: "Si te digo la verdad yo nunca
había visto un búho de estas características por nuestra zona. Fue la primera
vez. Era grandísimo", añade.
Brais Mellado que, desde los 10 años de
edad, siente adoración por las aves rapaces -lo que le llevó a introducirse en
el mundo de la cetrería-atendió al búho real. "Trouxéronmo á finca
da casa e eu no momento xa souben que era un búho real. É unha especie bastante
rara de atopar por aquí e está bastante amenazada. As aves rapaces están
protexidas en toda España porque non hai un grande número de exemplares",
explica el adolescente. "Eu como tiña comida para aves rapaces
dinlle un pouco. O búho estaba moi delgado. Notábaselle no peito e tiña moita
fame, porque ao estar moi asustados non adoitan comer diante dun humano, pero
este búho, a diferencia doutros casos, pois comeu", añadió.
Los jóvenes decidieron llamar al Centro
de Recuperación de Fauna de O Alto do Rodicio, sin embargo, al no obtener
respuesta -este servicio cierra a las 21,00 horas y eran cerca de las 22,00
horas- optaron por llamar al 112, desde donde se envió a dos voluntarios de
Protección Civil de Sarreaus. Los efectivos cobijaron al búho en instalaciones
municipales durante toda la noche dentro de una caja de cartón grande al no
tener un contacto alternativo de un veterinario de urgencia. "Nos
dixeron que a primeira hora da mañá xa irían os do Centro de Recuperación a
recollelo. Chamei alí á mañá e me dixeron que o veterinario vería ao búho ao
día seguinte", cuenta Brais Mellado. No tuvo buena suerte el Búho de
Sarreaus. Pese a que todos los implicados en su rescate: Manuel, Brais y José
Ángel Garrido -uno de los efectivos de Protección Civil- querían asistir a la
suelta del ave una vez que ésta estuviera recuperada, desde el servicio de
prensa de la Consellería de Medio Ambiente aseguraban ayer que, pese a que el
ave había llegado viva a las instalaciones de O Rodicio, no se pudo hacer nada
por salvarle. Previsiblemente y según cuenta Brais, una descarga eléctrica
ocasionó los daños al búho. Un final triste en una historia en la que la
solidaridad ciudadana fue la gran protagonista.
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